Jóvenes del Norte del Cauca cuestionan lo que significa ser hombre a través del Laboratorio de Masculinidades, donde transformaron sus propias experiencias en cortometrajes que visibilizan estereotipos desfavorables. Este proceso creativo les permitió reconocer patrones culturales restrictivos y desarrollar nuevas perspectivas que promueven la igualdad de género, previenen la violencia y fomentan modelos saludables de masculinidad.

«A pesar de ser criados por mujeres, teníamos tendencias machistas sin siquiera darnos cuenta», expresa Sebastián, un joven del Norte del Cauca, mientras recuerda su experiencia en el Laboratorio de Masculinidades para la Paz.

Esta reflexión de Sebastián ilustra el proceso vivido por un grupo de jóvenes caucanos —Sebastián, Jhan Carlos, Edier, Daniel y Wilmar— quienes participaron en estos talleres transformadores. Sus testimonios revelan un viaje personal que les permitió descubrir lo que significa ser hombre en su contexto. Esta iniciativa cuestiona mensajes como «los hombres no lloran» que han configurado silenciosamente los comportamientos masculinos por generaciones.

Participantes del taller de Masculinidades

El consumo de alcohol, las expectativas de comportamiento violento y la prohibición cultural de expresar vulnerabilidad contribuyen a crear y reforzar un modelo de masculinidad donde la agresividad ocupa un papel central. Estas normas establecen códigos de conducta que los hombres siguen sin cuestionar.

Consecuencias de los estereotipos masculinos

  • La presión social sobre el comportamiento masculino tiene efectos graves. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de alcohol causó 2 millones de muertes de hombres en 2019.
  • En América Latina, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reporta que cuatro de cada cinco suicidios son cometidos por hombres.

«Si no toma no es hombre, que si no tiene varias mujeres no es hombre», explica Jhan Carlos sobre estos estereotipos dañinos.

La trampa del silencio emocional

Los estudios científicos muestran que la represión emocional impuesta a los hombres aumenta el riesgo de suicidio. El psicólogo español Iñaki Lajud, especialista en masculinidad, lo confirma con una experiencia reveladora.

Al preguntar en un grupo «¿Quién ha pensado alguna vez en quitarse de en medio?» —refiriéndose a pensamientos suicidas—, prácticamente todos levantaron la mano. Este silencio colectivo refleja un problema oculto.

«Además, tenemos la idea de que podemos solos. Para los hombres, pedir ayuda es un símbolo de debilidad, mostrar cómo nos sentimos es ponernos en un lugar de vulnerabilidad. Y para la masculinidad tradicional, la vulnerabilidad es debilidad», explica Lajud.

Investigaciones revelan que el consumo de alcohol funciona como ritual de pertenencia masculina. Los hombres beben tanto para demostrar hombría como para aliviar el estrés que genera cumplir con ese mismo rol.

Espacios creativos para la transformación

La Corporación Otra Escuela creó espacios seguros como el Laboratorio de Masculinidades, donde jóvenes caucanos aprenden a prevenir conflictos mediante creatividad y aprendizaje práctico.

Santiago González, facilitador, explica: «Exploramos la masculinidad, haciéndonos preguntas sobre el ser hombres en plural. Trabajamos con arte y juego, evitando que prime solo la palabra oral».

«Me di cuenta que escondemos lo que sentimos, no lloramos para que no vean esa debilidad», confiesa Edier. Estos talleres lo ayudaron a cuestionar su idea de masculinidad.

Taller de Masculinidades en Cauca, jóvenes cuestionando estereotipos

Arte que transforma percepciones

Como parte del Laboratorio de Masculinidades, los jóvenes crearon una trilogía de cortometrajes basados en sus propias experiencias en contextos rurales del Cauca. Estas producciones, escritas y actuadas por ellos mismos, ahora funcionan como herramientas educativas.

En el primer corto, un joven de un hogar con violencia doméstica reproduce inconscientemente patrones de agresión al presionar a un amigo lesionado durante un partido de fútbol. El segundo muestra a un joven ridiculizado por realizar «trabajo de mujeres» como lavar platos. El tercero presenta un encuentro familiar donde la presión para beber y alardear sobre conquistas desemboca en violencia. Sebastián explica el concepto de las dos voces que utilizaron como recurso narrativo para contrastar comportamientos impuestos y saludables: «La voz negativa es constante, te hace ver valiente, fuerte, sin temor, o te pone presión social. La voz positiva llega como amiga, te aconseja, te da confianza, te abraza».

Descubrimientos personales

Los participantes destacan conceptos clave aprendidos. «No tenía claro que el sexo era lo biológico, el género cómo la sociedad te marca, y la orientación sexual tu deseo», recuerda Sebastián.

También identificaron privilegios masculinos invisibles. «Descubrí que tenemos bastantes privilegios frente a las mujeres», reconoce Daniel. Sebastián añade ejemplos concretos: «En el deporte, el trabajo y hasta en las discusiones, por tener la voz más gruesa, las personas tienden a escucharte más».

Hacia nuevas masculinidades

Hablar de masculinidades saludables interesa a toda la sociedad. Debemos identificar comportamientos normalizados y aplicar cambios reales en lo cotidiano.

Un hombre puede ser fuerte sin ser violento, expresar amor sin coaccionar libertades, mostrar vulnerabilidad y rechazar un trago sin perder su masculinidad.

Como reflexiona Jhan Carlos: «Me gustaría que la gente se concientice, que cambie cosas que saben que tienen malas pero no quieren admitir. Que salgan de su burbuja».

¿Qué haces dentro de tu entorno para aportar a la construcción de masculinidades saludables?

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Un comentario

  1. María Paula Padilla

    Amo la manera en la que inspiran a hacer país, como usan la educación como herramienta de transformación y movilización. Gracias por lo que hacen y por cómo lo hacen. Definitivamente es un aporte gigante para nuestro país y sus jóvenes. Haber cursado con ustedes espacios en donde me cuestioné, me rete y me atreví a pensar distinto y ver ahora todo lo que son y lo que están logrando me llena de orgullo y honor. Un abrazo gigante a cada uno de ustedes.

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