En un país donde el conflicto ha silenciado tantas voces, el Teatro del Oprimido (TO) emerge como una poderosa herramienta para comunidades afectadas por la violencia. «Colombia necesita el Teatro del Oprimido y el Teatro del Oprimido necesita a Colombia», afirma Héctor Aristizábal, psicólogo y actor que ha llevado esta metodología a zonas marcadas por el conflicto.

El TO es un conjunto de técnicas teatrales que, mediante el cuestionamiento y la improvisación, permite a personas sin formación actoral reconocer y transformar las opresiones que viven. Su creador, el dramaturgo brasileño Augusto Boal, lo desarrolló durante su exilio político entre 1971 y 1986 para «otorgar la palabra a las clases oprimidas».

Una llegada tardía pero necesaria

Mientras el TO encontraba espacios en otras partes de Latinoamérica durante los años 70, en Colombia su desarrollo fue más limitado. «Se asoció mucho con los movimientos de izquierda», señala Luis Benítez, cofundador de Otra Escuela y educador para la paz, «y en una época de graves crímenes de lesa humanidad, esto representaba un enorme riesgo».

Teatro del oprimido

Este rechazo inicial también tenía raíces en prejuicios artísticos. «En Colombia hubo un prejuicio de que eso no era teatro, que eran jueguitos teatrales», comenta Aristizábal. «Creo que aquí se menospreció sin conocer su poder».

Otra Escuela fue pionera en integrar el TO a sus procesos formativos. El viaje comenzó en 2007, cuando Benítez y Lyda Molina, cofundadores de la organización, viajaron a Berlín y aprendieron estas técnicas en el Instituto Paulo Freire.

«Nuestra organización se volvió una de las más representativas del teatro foro, hasta el punto que logramos convocar dos encuentros colombianos en Bogotá, en 2013 y 2015», recuerda Benítez. Estos espacios permitieron extender la metodología a más regiones del país.

Las técnicas más utilizadas

En el TO existen diversas técnicas, pero dos han encontrado mayor resonancia en Colombia: el teatro imagen y el teatro foro.
Teatro imagen: Los participantes utilizan únicamente expresiones corporales para contar situaciones de opresión. «Está basado en el cuerpo, no se usa la voz», explica Aristizábal. Esta técnica invita «a debatir un problema sin el uso de la palabra», como planteaba Boal.

Teatro foro: Consiste en construir colectivamente una historia que representa una situación de opresión. Lo revolucionario ocurre cuando, en el momento crítico de la obra, se invita al público a proponer soluciones. «El espectador pasa a ser un espect-actor», explica Benítez, «al tomar un rol creativo dentro de la obra».

Un teatro para sanar heridas

En Colombia, el TO ha demostrado ser una herramienta poderosa para construir diálogo en contextos fracturados por el conflicto. «Permite que personas que antes habían estado en lugares opuestos de interpretación puedan coexistir», destaca Aristizábal.
Esta metodología ha tenido especial impacto en las regiones más violentadas del país. «Se ha utilizado mucho en el Caribe, el Pacífico, Putumayo, Caquetá y los Santanderes», enumera Benítez. «Ha sido fundamental para evidenciar las múltiples violencias de estas comunidades».

Aristizábal ha observado transformaciones profundas en quienes participan. «Una excombatiente de las FARC que estuvo 18 años en el grupo armado vino a un taller y se enamoró de la metodología. Empezó un proceso impresionante de transformación personal».

La meta no es llegar al equilibrio tranquilizador, sino al desequilibrio que conduce a la acción.

-Augusto Boal

Este teatro interactivo no es la única herramienta de transformación social, pero su flexibilidad lo hace especialmente valioso en el contexto colombiano. «La meta no es llegar al equilibrio tranquilizador, sino al desequilibrio que conduce a la acción», escribió Boal.

Como diría el mismo Boal: «¡El acto de transformar es transformador!». Y en un país que busca cerrar heridas del conflicto, quizás ese sea el mayor aporte del TO: permitir que las comunidades ensayen en escena la transformación que desean ver en su realidad.

¿Te gustaría conocer más sobre el Teatro del Oprimido y cómo aplicarlo a tu contexto o colectivo?

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